LA SEGUNDA-TERCERA GUERRA CARLISTA
LA TERCERA ``SEGUNDA´´ GUERRA CARLISTA (1872- 1876)Guerra que estalló en abril de 1872, durante el reinado de Amadeo I de Saboya.
Carlos VII, pretendiente al trono, perdió las elecciones de aquel año a causa de su irritación, ordenó tomar las armas. Serrano fue el que, mediante el Convenio de Amorebieta, consiguió una breve tregua en la
s provincias vascas. Pero en febrero de 1873, se avivó la guerra carlista, siendo Dorregaray jefe supremo de tropas carlistas, por la proclamación de la República. La iglesia tomo parte a favor del carlismo, siendo conocido el cura Manuel de Santa Cruz por las presiones que creaba a los fieles desde el púlpito y confesionario. Los carlistas, al igual que en la anterior carlistada, dominaron 4 de las provincias vascas, excepto las capitales. Gracias a la batalla de Montejurra, Estella fue conquistada y esta derrota liberal permitió también la conquista de Lizarraga y Tolosa. Los carlistas alentados con estas victorias intentaron toma Bilbao bloqueando la capital, pero tras varios meses de asedió, se produjo la victoria del ejercito liberal en la histórica batalla de Somorrostro, permitiendo la liberación
de Bilbao el 2 de mayo de 1847. Los carlistas obtuvieron las victorias de Monte Muro y la batalla de Abarzuza al mando de Ceballos. El fracaso vino con el intento de la toma de Irún por Ceballos que reflejó la incapacidad carlista de tomar poblaciones importantes. En diciembre de 1874 la República fue derribada y se produce la restauración de la Casa Borbón en la figura del nuevo rey Alfonso XII. Éste estuvo a punto de caer preso en la batalla de Lacar, batalla en la que los carlistas consiguieron su ultima gran victoria. La siguiente victoria fue a favor de los liberales en la nueva batalla de Montejurra, en la que dos grandes cuerpo del ejercito liberal, eran lanzados al País Vasco desplomando a los carlistas, pero el 28 de febrero de 1876 Carlos VII vue
lta a Francia lanzo un mensaje: "Volveré". El presidente del gobierno, Canovas del Castillo, creo la ley de 21 de julio de 1876 aprovechando la liquidación de la guerra carlista. Esta ley, no suprimió literálmente los Fueros en la practica pero si que aumentó la intervención y el poder político-administrativo del Estado al tiempo que establecía los deberes de acudir al servicio militar y de contribuir con impuestos a los gastos del Estado que se extenderán a los habitantes de Vizcaya, Alava, Guipuzcoa y el resto de la nación. Después de la abolición se estableció una estructura de relaciones jurídicas, económicas y administrativas, el Concierto Económico, que fue regulado por decreto de 28 de febrero de 1878 y establecía un régimen excepcional de tributación para las 3 provincias vascas.
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